1ª marcha – 19 km Murillo de Gállego – Puente de Murillo- Riglos- Carcavilla- Murillo de Gállego
1º tramo: Murillo de Gállego- Puente de Murillo: 2,4 km entre olivares y pasando junto a la bodega “Reino de los Mallos” hasta cruzar el espectacular puente con sus arcos donde se practica el puenting.
2º tramo: Puente de Murillo – Riglos: 6,1 km .- con una ligera pendiente nos aproximaremos hasta la misma base de los imponentes Mallos de Riglos.
3º tramo: Riglos- Carcavilla: 4,3 km.- bajo los Mallos colgados sobre las aguas bravas del río Gállego, se recorrerá uno de los tramos más espectaculares de la geografía aragonesa. Siguiendo la ruta del carburo, aun podremos ver junto a la vía del Canfranero los restos de carbón de cuando los trenes aun funcionaban con él. En las aguas bravas las barcas de rafting, canoa-kayak y el hidrospeed ponen la nota de color.
Desde ahí se llega al antiguo poblamiento medieval y actual pequeña central hidroeléctrica de Carcavilla.
4º tramo: Carcavilla – Murillo de Gállego – 6,2 km.- por la senda recuperada de la antigua cabañera, se pasa por A Ralla y su contacrabas, la formación geológica que al estrechar la senda servía para contar las cabras. Bajo la imponente mole de Peña Rueba completaremos la vista de los Mallos y la espectacularidad del río.
2ª marcha: Santa Eulalia de Gállego- Murillo de Gállego- Concilio- Puente de Hierro – Santa Eulalia de Gállego- Marcha de 18 kilómetros.
1º tramo: Santa Eulalia de Gállego- Murillo de Gállego: 7 km pasando por o Coronazo con su tradicional sistema de regadío con agua de lluvia incluido dentro de la Ruta del agua. Disfrutando de la Fuente de Morán y de sus construcciones típicas, por viejos caminos que se convierten en una preciosa senda colgada sobre la orilla derecha del río hasta llegar al barranco de Subién con su antiguo molino. Desde ahí se llega hasta el pueblo de Murillo de Gállego bajo la imponente silueta de su iglesia románica.
2º tramo: Murillo de Gállego – Puente de Murillo – Concilio: 5 km.- desandamos el camino hasta el puente donde con una ligera pendiente alcanzaremos el llamo frente a los imponentes Mallos de Riglos, nos aproximaremos hasta la iglesia románica de Concilio y atravesaremos bonito pueblo de piedra situado a sus pies.
3º tramo: Concilio – Molinaz: 4,5 km.- La pista en la orilla izquierda, discurre entre campos de labor, frente a las terrazas y cortados erosionados durante miles de años por el río Gállego. El itinerario pasa junto a la antigua barca con la que se pasaba en río y al Molinaz, pudiéndose ver los restos de esta espectacular obra de ingeniería hidraúlica.
4º tramo: Puente de Hierro – Santa Eulalia de Gállego – 2,5 km.- Tras la llegada al Puente de Hierro, por carretera y pista completaremos la parte final de este intenso recorrido hasta Santa Eulalia.
3ª marcha: Biscarrués- Ardisa- Barranco de San Chuan de Barto- Puente de Hierro – Erés – Biscarrués. Una caminata de 20 kilómetros sin apenas desnivel, apta para todo el que quiera disfrutar de un día en el campo con unos matices y unos paisajes impresionantes.
Salida por el 1º tramo: Biscarrués- Ardisa – Barranco de San Chuan de Barto: 5,5 km.
Se parte de Biscarrués por el camino viejo situado en la orilla izquierda del río pasando por una cruz de término, una fuente y lavadero. A continuación se deja la pista para acompañar al pequeño barranco de Vadiello hasta su desembocadura. Se torna a la pista hasta cruzar el puente sobre la Presa del Gállego y atravesar el pueblo de Ardisa disfrutando de su arquitectura tradicional. Subiendo contracorriente por la orilla derecha siguiendo una río ruta del río Gállego (www.lagalliguera.org) se llega hasta la desembocadura del Barranco de San Chuan de Barto.
2º tramo: Barranco de San Chuan – cabañera – Puente de Hierro de Santolaria: 8 km
Tras cruzar el barranco se remonta el río por lo que fue una antigua chopera en el límite entre la vegetación mediterránea y de ribera. Este tramo finaliza al entrar en la senda de la antigua cabañera con bonitas vistas sobre el río con los mallos al fondo. La estrecha senda finaliza en un cortafuegos y a través de la pista atraviesa las zonas de Garules, Barrancos de Barratiella y Retito. Frente al pueblo de Erés se encuentra la Piedra gritadera, desde donde se daban avisos para la otra orilla. La pista finaliza atravesando el Barranco del Arenal al nivel del río para llegar al Puente de Santolaria de Galligo.
3º tramo: Puente de Hierro – Erés – Biscarrués: 6,5 km.
De nuevo por la orilla izquierda se acompaña a las aguas primero por pista y luego por senda recorriendo el interesante sendero interpretativo “Camino de los sentidos” (www.galliguera.com) que finaliza con una ligera pendiente en el pueblo de Erés. Desde ahí por carretera, pudiendo visitar las tumbas romanas se retorna a Biscarrués pudiendo descubrirse elementos de la Ruta de la Piedra o visitando su original Monumento de Semana Santa del siglo XVIII. (www.biscarrues.es)
4ª marcha: Santa Eulalia-Morán – Agüero – 15 km- ideal para el otoño
(Puede alargarse hasta Carcavilla)
Desde la carretera de Santa Eulalia se sube hasta el mirador de San Pedro para tener una bonita panorámica de la zona y a continuación el sendero coincide con un trozo de La Ruta del Agua donde puede verse un curioso sistema de regadío de aprovechamiento del agua de lluvia.
Se pasa por la fuente y el barranco de Morán hasta llegar a este mismo pueblo.
Un bonito pueblo con una arquitectura popular muy bien conservada.
Desde ahí la senda asciende a un mirador espectacular sobre La Galliguera-Reino de los Mallos.
En este punto comienza el suave descenso por un impresionante bosque de madroños, también conocidos, en aragonés, como
Modrolleras o Alborceras.
Se pasa por la vegetación que ha cubierto antiguos bancales trabajados, siguiendo en paralelo al viejo camino, hoy lleno de árboles,
hasta llegar a la confluencia de los barrancos de Subién y Artaso.
En ese punto en una leve subida empedrada comenzamos el camino hasta el impresionante pueblo de Agüero y sus mallos entre
vegetación mediterránea: carrascas, coscojas, almendreras, oliveras, etc.
Un bonito paseo para recorrer el corazón de un bosque oculto pero vivo que no deja de sorprender por sus frutos.